Fernando Alonso forma parte de la plantilla de inscritos del próximo Dakar 2020, en el que competirá con el equipo Toyota Gazoo Racing. El asturiano está consciente del reto que debe enfrentar y no tiene grandes expectativas sobre su rendimiento. Es juicioso de que no va a poder alcanzar en su primera participación los objetivos dentro del rally más duro del mundo.

El español enfrenta sensatamente el desafío, aun mas pilotando el coche que defenderá el triunfo de Nasser Al-Attiyah logrado en la edición anterior. Afirma que el Dakar es el reto más rudo de su carrera deportiva, totalmente incomparable a todo lo que conoce y está familiarizado, pues su vida se ha ajustado en los circuitos y no representa ningún aspecto sobre Dakar.

El Dakar es sin duda el desafío más difícil

“Creo que es la disciplina más extrema de los deportes de motor. La F1 y el Dakar no pueden estar más lejos. La técnica de conducción es completamente diferente: usas los dos pies todo el tiempo en el Dakar, mientras que en monoplazas no puedes tocar el freno a la vez que el acelerador porque el consumo de gasolina se dispara”.

Sobre sus impresiones ante la actuación del gran reto, igualmente se refirió a las condiciones de la competencia: “También la lectura del terreno desconocido que afrontas cada kilómetro, mientras en el circuito todo está optimizado vuelta tras vuelta. Cada metro es nuevo y tienes que prestar mucha atención durante ocho o nueve horas cada día. Es difícil adaptarse”, comenta Alonso.