La marca nipona se encuentra desde la temporada 2015 en la Fórmula 1, tiempo en el que decidió regresar a motorizar equipos dentro de la categoría reina. No obstante, con una reglamentación tan compleja sobre todo bajo un nivel técnico como es la actual V6 Turbo híbrida, hizo que los japoneses pasaran unos primeros años frente al equipo McLaren, verdaderamente difíciles.
Débil fiabilidad del motor
Honda vivió una situación ciertamente complicada, cuando McLaren decidió romper su acuerdo con ellos al final de la temporada 2017. No obstante, Toro Rosso confió en la tecnología japonesa y después de un año de mejora muy ofensivo en 2018, los japoneses han regresado a motorizar un equipo sobresaliente, Red Bull, con quienes consiguieron tres victorias esta temporada.
Este salto de calidad hasta el presente
Ha supuesto una gran inversión por parte de Honda, situación que aun condiciona al proyecto dentro de la categoría. Los enormes gastos sobre esta mejora, partiendo de los problemas que tenían con McLaren, hacen que la marca nipona esté evaluando si continuar o no en la F1, pues se encuentran sacando cuentas sobre si vale la pena continuar en la categoría después del 2020.
Buenos resultados
“Tuvimos que destinar mucho presupuesto para acelerar nuestro desarrollo con el fin de alcanzar a los de arriba y ahora estamos planeando cómo mantener nuestra condición actual y reducir los gastos al mismo tiempo. Hemos empezado a calcular cuánto nos costará el nuevo reglamento. Así que estamos sopesando el coste de desarrollo y discutiéndolo internamente. Los gastos son el mayor problema”, expone Masashi Yamamoto, director gerente de Honda F1.